martes, 12 de octubre de 2010

Como un río...

Parece que fue ayer cuando comencé a caminar por aquel sendero que descubrí tras eliminar poco a poco aquella maleza tan alta, tanto que apenas podía ver la luz del sol...
La inocencia me llevó a pensar que todo sería como un río al que han encauzado, pero eso a veces da igual, siempre habrá ramas, restos de cualquier tipo que son arrastrados por la corriente...tantas veces se acumulan en algún punto...a veces ese hecho unido a fuertes lluvias hace que el agua se desborde...que todo se desborde...tan solo la idea cierta de que toda agua vuelve a su cauce nos hace no perder algo tan básico como la paciencia, y algo tan necesario como la esperanza...
A veces es necesario que el río no retenga agua... a veces es necesario que todo se desborde...a veces las cosas pueden estar predestinadas a un desbordamiento, y contra la fuerza del agua poco puede hacerse, pues ésta siempre quiere recuperar el cauce robado...me pregunto si intentar robar a un río su cauce no será tiempo perdido...
La inocencia me llevó a pensar que todo estaba hecho...y me equivoqué. He creído en todo y en nada. El río se ha desbordado muchas veces. Lo que queda de mi, o mejor dicho, lo que soy actualmente, son los restos que quedaron...aunque también lo que se reconstruyó tras las riadas...en continua reforma...ya aprendí que todo es susceptible de ser arrastrado por las aguas...pero aunque he amaestrado el dolor que puede producir, sigue existiendo...
Creo que no hay nadie en este mundo que desee perder a quien ama...querer a alguien es como lanzarse a un río de aguas bravas, hay que nadar con fuerza...incluso a veces es necesario sentir que te ahogas para respirar de nuevo...A veces cuando tienes algo no lo valoras, tan solo cuando te acercas al vacío que produce la cuerda floja eres medianamente consciente de lo que tienes....y sólo cuando se pierde a alguien, comienza a dibujarse entre las ondas que se forman en el agua el enorme tesoro que teníamos. Ojalá nunca sea tarde....