jueves, 21 de junio de 2012

Sin título 2

El tiempo, ese capricho que está ahí y no podemos ver,
a veces pasa de golpe,un día miramos atrás y nos asombramos
porque los años pasados derrepente se han convertido en millones de años,
otras veces se vuelve lento como una tortuga deambulando por un playa...
el tiempo que no pasa, que pesa, que se arrastra nos deja en stand-by...

El tiempo no entiende de estaciones, hoy sale el sol, mañana llueve,
perdemos poco a poco las nociones conocidas de invierno y verano,
y debemos adaptarnos, incluso como los osos, llegando a hibernar...
también se confunden los conceptos noche y día en mitad de la desazón,
de esa espinita clavada cerca del estómago...que duele...

Decía Eva  Amaral que siempre andaba buscando la emoción perfecta...
creo que nunca he buscado esa perfección, solo aquello que me haga sentir vivo,
ser consciente que caminas, respiras, sonríes... y que la lluvia o el sol dan igual,
sé que la noche no es eterna, que el invierno dura lo que dura, y que mañana,
o quizás pasado mañana, volveré a reír como un niño mientras juega.

He despertado del sueño, y siento partes de mi cuerpo doloridas,
pero ahora sé que estoy vivo, agradecido, porque noto que la sangre fluye por mis venas,
que mi corazón late muy fuerte, tanto que puedo oírlo,
miles de gotitas de lo que soy, de lo que hay dentro de mi, están listas para salir, y pasado mañana,
o quizás algún día cercano o lejano empaparan un brillante amanecer.





jueves, 14 de junio de 2012

Equilibrios...

Ahora ya sabes porque no tienes equilibrio,
no miraste a tus pies que caminaban por la cuerda floja,
cuando se flota entre las nubes se corre el riesgo de dejar de hacerlo,
no hay huidas, no hay previsión de nada, todo surge,
pero también todo se evapora de la misma forma espontánea.

No existen los sueños, solo pedacitos esparcidos de ellos,
que se respiran durante pequeños y valiosos momentos,
tienden a retenerse, se agarran hasta que queman los dedos,
tratamos de poner palabras que expresen todos los miedos,
pero nos petrificamos mientras nos arrastra nuestro propio vendaval...

El arte de caminar por la cuerda floja consiste en llegar al final,
en no quedarse en mitad de la posibilidad de caer al vacío,
pero el miedo es muchas veces, una poderosa arma que inmoviliza,
un arma que está en nuestras manos, y que debemos manejar,
para que no nos haga perder la visión de un amanecer....