Allí donde solíamos gritar

"Ya está, ya hay paz..."

El silencio lo ha inundado todo, un silencio espeso e incómodo,
viene cargado de una indiferencia que lo convierte todo en invisible,
el último expreso de medianoche pasó ya hace algún tiempo,
y se fue por una vía de esas que son tan solo de ida sin vuelta.

A veces duele el silencio, se mete por dentro y no deja dormir,
la carcoma no descansa por la noche, porque se distrae por el día,
nadie tiene la culpa, la vida es sólo esto, un juego de esos,
en los que uno decide si gana o pierde, solo depende de uno mismo...

Cuando el silencio se marche, cuando vuelva el ruido, el bullicio,
la noche, el día, el sol, la luna, la gente por las calles,la música a sonar...
cuando ya no duela el recuerdo de los gritos lanzados al aire...
volveré a gritar, y lloraré de alegría..."Ya está, ya hay paz"

A veces merecen la pena unos segundos, unos minutos, unas horas,
porque lo que no vivimos, lo que dejamos de vivir, también duele,
y si, aunque sea por un momento, vemos el brillo del amanecer,
pese a que duela, y a veces mucho, habrá merecido la pena.

Los lugares donde se detiene el tiempo

La gente camina por la calle metida en sus pensamientos,
como si un piloto automático condujera sus cuerpos,
a veces levantan sus miradas, pero apenas observan...

Todo va muy deprisa, como una función que debe llegar a su fin,
así un día tras otro, con un monotonía insufrible...

Pero hay veces que hay lugares donde se detiene el tiempo,
el viento deja de soplar y las hojas de lo árboles se calman,
y todas las palabras se vuelven fragmentos de poesías...

Otras veces, el tiempo se detiene y quema por dentro,
y como el niño del corazón reloj de Malzieu,
se lucha contra las agujas y se intenta recuperar el tiempo,
pero el esfuerzo es en balde, porque la vida no gira
en sentido contrario a las agujas del reloj,
sino que sigue el ritmo del tic tac...

Hay lugares donde se detiene el tiempo,
lugares que se graban en la retina,
y en lo mas profundo del alma...
y pese a lo agridulce, pese a lo amargo...
siempre quedará lo bello de todo.

Sin título 3

Te acuerdas cuando brillábamos en el cielo entre millones de estrellas,
eramos tan pequeños y pese al tiempo transcurrido seguimos siéndolo
Decidimos brillar con mucha fuerza para que alguien nos viera,
era y es tan difícil entre tantas y tantas estrellas....

¿Que nos pasa? ¿Por qué nos escondemos cuando nos ven?
Pedimos milagros al cosmos, al destino, a un ser supremo...
pero volvemos a caer en lo mismo una y otra vez....

¿Que ha pasado con todos aquellos sueños que acariciamos desde hace tanto?
¿Qué pasó con la poesía, con todas las canciones que coleccionamos,
con todos los momentos que esperábamos atesorados en nuestro corazón?

Continuamos explicándonos, pero se nos sigue sin entender,
esperamos que algo deshaga el nudo de nuestras lenguas,
el nudo de nuestro estómago, el nudo de los malditos miedos,
el nudo de la cuerda que ata nuestras manos y nuestros pies...

La caída al precipicio nunca dejo de ser en estilo libre,
nadie la va a detener, excepto nosotros mismos, lo sé.
Sé que tienes tu alas destrozadas,tus cimientos removidos,
pero el truco está en creer que se puede de forma muy fuerte.

Y yo voy a creer, tengo que creer, tengo que hacer por creer.
Seguiré con mis sueños, mis poesías, mi colección de canciones,
leyendo libros que me transporten a otros tiempos, a otros lugares,
buscando emociones en las películas y los paisajes...
siendo yo, pero distinto, jamás volveré a ser el mismo...

Jamás volveremos a ser los mismos, haremos una nueva versión,
conservaremos lo mejor de lo que somos para seguir adelante,
reiremos con el tiempo recordando todos estos momentos,
y de verdad, creeme, todo será mucho mejor...