domingo, 8 de septiembre de 2013

La importancia de un anochecer

Levanto la persiana, abro la ventana y respiro el aire fresco de la mañana,
observo al sol naciendo,
la gente comienza su jornada,y tímidamente comienza a inundar las calles.

Me pongo en marcha para completar un día más.
De camino a mi destino, observo el cielo que luce un azul intenso,
que solo rompe una bandada de pájaros.

Todo parece ordenarse de una forma lógica y habitual,
como piezas de un juego predeterminado,
y quizá solo sea otro día más...

Pero no lo es:
El aire fresco llena mis pulmones del todo al respirar,
el sol brilla con una fuerza inusual en él,
la gente parece sonreír casi toda ella,
el color del cielo ilumina mi animo,
y vuelo con la bandada de pájaros.

Quizá esté confundiendo la realidad:
el aire es frío y sopla con cierta intensidad,
el sol se oculta entre las nubes,
la gente apenas esboza una sonrisa,
el cielo luce un color gris apagado
y los pájaros huyen de la tormenta que se avecina.

Pero mis ojos ven aquel hermoso día del que hablaba antes,
y en mi ciudad interior, la gente ha comenzado a andar ordenadamente
y multiplica sus sonrisas.
A la altura del estómago una especie de brisa acaricia un punto concreto
y aunque no vuelo como los pájaros, parece que camine flotando...
Los amaneceres y los anocheceres adquieren un nuevo y hermoso carácter,
y algunos de ellos se vuelven importantes

Se derrumban los muros de la ciudad....

GRACIAS.