martes, 6 de agosto de 2013

Sobre donde comenzó todo...

Dicen que lo más importante de todo es localizar el origen de las cosas que se convierten en heridas abiertas.

Una noche de verano, como ésta, o tal vez ésta, llegué al lugar donde comenzó todo, o quizá a los lugares,
al momento en el que sentí que se estropeó todo, en el que comenzó a estropearse...o quizá fue un proceso, o un camino erróneo....

Cierro mis ojos y comienzo a recordar...

Tengo miedo, un enorme miedo, a veces evito calles o lugares.
Tengo sueños, pero se quedan en las nubes flotando, o alguien los pisa en el suelo.
Busco una salida, encauzar las cosas que se mueven dentro.
Soy demasiado vulnerable. Algunas personas me lo recuerdan, no de la mejor manera.
Debo ser feo. También me lo recuerdan. Y soy un dique que contiene sentimientos.

El miedo llega a su máximo, aprendo a callar y a llorar en mi habitación en silencio,
dejo de creer en mi, la máxima se convierte en sobrevivir...

En mitad de los miedos, despiertan cosas que no sé como describir en ese momento,
no sé que me pasa, a la altura del estómago, nadie me ha hablado nunca de ello....
Cuando pasan los años, me doy cuenta que era la primera vez que me enamoraba,
pero yo no podía saberlo, no sabía que podía pasar de aquella forma...

Aquellos años en que tantas cosas se forjan, se construyen cosas para el mañana
cosas buenas y cosas malas me van conformando...

Me convertí en la tabla que es arrastrada por las corrientes del inmenso mar,
en la persona que no piensa, que no es capaz de tomar decisiones,
paralizado por algo que ni yo mismo sé lo que es,
una mezcla de una inmensa inseguridad y miedo.

Me animo a vencerlo, a combatirlo, pero el esfuerzo es inútil,
cambian las formas pero no el fondo, y el bucle infinito no cesa...
Como una historia condenada a repetirse una y otra vez
encerrada en una maldita jaula....

Ya sé donde empieza todo: en cada dolor no superado,
en cada dolor enquistado haciendo mella dentro,
en cada paso no dado, en las oportunidades dejadas escapar,
en las palabras atrapadas en el silencio de mi boca,
en el maldito silencio, en los miedos no combatidos,
en la rabia contenida y no encauzada,
en aprender a tragar y no vomitarlo,
en los sueños incumplidos,
en los sueños asesinados por mi propia persona,
en no creer en mi, en no creer...

En un profundo miedo a amar...ese es uno de los peores...
no logró tirar la muralla abajo, por un miedo profundo
un miedo a que vuelva a suceder...
Ahí, en aquel lejano otoño también comenzó todo.
Algo se rompió dentro, algo que no supe arreglar.
Y comenzó un viaje cuesta abajo y sin frenos....

En mitad de mi cuarto, ahogo el grito que está saliendo,
para que nadie lo escuche, pero está saliendo fuerte, potente,
gracias a estas palabras...

Ya he llegado al sitio donde comenzó todo.
¿Será este el comienzo de un nuevo tiempo?