viernes, 26 de marzo de 2010

Girando en círculos

Dicen que siempre vuelve, que se esconde entre las sombras,
que lanza llamaradas que queman por dentro,
que escapa de cualquier tipo de control.
La verdad es que núnca se fue,
porque nunca se le dejó marchar,
y quedó convertido en un bucle infinito,
que marca la cotidianidad.
Lo ignoramos, y pensamos que ya no está
que ya se fue, que lo vencimos...
Lo tapamos con sonrisas que tapan tristeza,
con carcajadas que tapan las lágrimas.
Disfrutamos de los momentos hermosos,
saboreándolos como un café amargo...
Se desfasan los tiempos, se confunde el ayer con el hoy.
Como la herida que núnca se cierra porque la curamos mal,
supuramos un dolor....
Quizá no se vaya nunca, quizá no pueda borrarse,
quizá haya que convivir con él como uno más...
Podemos caminar entre piedras,
pero no cargar con ellas en una mochila a nuestra espalda....
girando en círculos...

miércoles, 3 de marzo de 2010

Los mejores años de mi vida

Quizá pudiera parecer un atrevimiento marginar otros momentos felices de mi vida para dar más lucimiento a unos momentos concretos. Normalmente, todo se valora en el momento que ocurre, pero el paso del tiempo tiende a revalorizar todo lo bueno. Es lo que llamamos nostalgia. Recordamos lo que ya no está, lo que no volverá. Aquel verano, aquella canción, aquel sabado, aquel día....aquel amor.
Hasta aquel momento sentía que, aunque había habido cosas bonitas y cosas que no lo fueron tanto, nunca había vivido la magia en la vida misma. He construido un mundo de incredulidad, en parte por mi experiencia, en parte por mi propia culpa. Para creer en uno mismo, basta con accionar un botón en alguna parte de tu cerebro. Tán sólo hay que buscarlo...
A veces pensé que la vida no me llevaría hacia algo así. Entonces ocurrió...y poco a poco, me sacudí del miedo y dejé que mi corazón se abriera y se estremeciera con cada palabra bonita, con cada mirada, con cada abrazo, con cada encuentro, con cada momento de apoyo, con las conversaciones... Por una vez, me sentí realmente importante para alguien. Eso no significa que antes no lo hubiera sido, pero no de esa manera.
Todo brillaba de una forma nueva, diferente, y la palabra felicidad adquirió un significado tan nuevo, que a veces, me sentía inocente, falto de nociones para poder explicar todo aquello. Cada momento fue especial, tanto que quedaron grabados en mi interior. El tiempo no ha hecho que pierdan su vigencia.
Creí en la eternidad. Pero ésta no siempre es posible. Llegó el final. Fue un mazazo muy grande. El mundo conocido se desmoronó. Me sentía tan perdido que no me encontraba. Y cuando me encontré, ya no era el mismo. Caminé sin rumbo durante mucho tiempo, levantándome y cayéndome. El tiempo, dicen, cicatriza todas las heridas. Es verdad, ya no duele. Encerrados los recuerdos en cajas de metal, guardadas las palabras en sobres cerrados y recuperando la amnesia como método para seguir caminando, ahora queda el recuerdo de momentos tan hermosos que quedarán para siempre en mi interior.
En memoria de todo lo que fue. Gracias.

lunes, 1 de marzo de 2010

El arte de respirar con dificultad

Tragué saliva. Era tan sólo un alivio. Pero no una solución. Decidí salir a la calle y ponerme a caminar sin un destino concreto. Tán sólo quería aire puro. De ese aire que llega hasta el último rincón de los pulmones. De ese aire que notas te hincha el pecho y por un momento esa sensación de tristeza que oprime esa parte a la altura del estómago que algunos llaman alma, desaparece o se esconde, aunque está ahí.
Es dificil solucionar el enredo de una encrucijada perversa, cuando ésta se convierte en una madeja de nudos interminables. Lo curioso es que la llave la tiene uno mismo. Tán sólo es cuestión de deshacer nudos. De olvidarse del arte de respirar con dificultad. Y de aprender a respirar de verdad. De acabar con la costumbre convertida en norma.
Parece tán fácil la teoría. Y tán dificil es la práctica.