martes, 28 de febrero de 2012

Reflexión ante la caída de los dioses

Elevados a altares de madera cubiertos con pintura dorada,
simulando un metal que no es, y que devora la carcoma,
ellos están ahí, no porque ellos subieran...los pusimos nosotros....

No puede brillar la luz del sol siempre con la misma intensidad 
no es lo mismo el atardecer que el mediodía,
el invierno o el verano...el sol termina deslumbrando...

Construimos imágenes que pueden ser o no ser...
creemos en cosas que son necesarias creer...
hay momentos que se disfrutan antes que comience a llover...

Pero sencillamente sólo es la vida...






miércoles, 15 de febrero de 2012

Reflexión ante el canto de la sirena

Amaneció, y sé que tarde o temprano escucharé tu canto...
pero no me dejaré llevar, porque al final sólo son promesas errantes...
Sé que no habrá día D, ni habrá día de la victoria,nada será grandioso...
puede que el sol brille igual, pero mis ojos lo contemplarán diferente,
pero será igual...si nada lo impide saldrá y se esconderá como siempre...

Sé que escucharé tu canto, y volveré a caer, y lamentablemente,
dejaré mi fortuna en tus manos, y me mecerá la inercia otra vez....
pero nada puede volver a ser igual que fue ayer....

Amaneció un día más y he de superar la maldita falsa amnesia,
porque siento caminar hormigas dentro de mi cabeza...
todo son parches en heridas que no pueden cerrar,
vendas colocadas en los ojos que no impiden ver,
porque hay cosas que no son tangibles, pero existen,se sienten,
ahí dentro, agazapadas, carcomiendo...



martes, 14 de febrero de 2012

Reflexión en el ocaso del día

Quizá no me dí cuenta o me inventé una realidad paralela para poder respirar,
para poder olvidar esa parte que me asusta, que hace brotar las lágrimas en el centro de mi alma.
Cerrando los ojos de mis principios, de mi conciencia, dejando actuar al animal,
las consecuencias vienen después convertidas en pesadas losas que arrastrar...
Y no se por qué, pero no se puede parar, gira cada vez más rápido, me mareo,
pero no hago nada por impedirlo, y vomito lo peor de mí, una y otra vez...
como la historia que pasa de una generación a otra haciéndose demasiado intensa.
El caminante errante tropieza con las mismas piedras una y otra vez,
como si no las conociera ya, como si no supiera distinguirlas una vez más...
Y se abandona a la inercia, porque en el fondo el problema es otro....