martes, 14 de febrero de 2012

Reflexión en el ocaso del día

Quizá no me dí cuenta o me inventé una realidad paralela para poder respirar,
para poder olvidar esa parte que me asusta, que hace brotar las lágrimas en el centro de mi alma.
Cerrando los ojos de mis principios, de mi conciencia, dejando actuar al animal,
las consecuencias vienen después convertidas en pesadas losas que arrastrar...
Y no se por qué, pero no se puede parar, gira cada vez más rápido, me mareo,
pero no hago nada por impedirlo, y vomito lo peor de mí, una y otra vez...
como la historia que pasa de una generación a otra haciéndose demasiado intensa.
El caminante errante tropieza con las mismas piedras una y otra vez,
como si no las conociera ya, como si no supiera distinguirlas una vez más...
Y se abandona a la inercia, porque en el fondo el problema es otro....




No hay comentarios:

Publicar un comentario