martes, 11 de mayo de 2010

El día final de las ganas de vivir

No sé si tiene algún sentido escribir al vacío. Alguien quizá pudiera pensar que me refiero al vacío de una fría pantalla. Escribo al vacío de mi mismo. Un enorme castillo de naipes se desmorona una y otra vez. Y el culpable siempre es el arquitecto, el escritor de renglones torcidos, el cobarde ante la propia vida...implorando al cielo una luz, para acabar tapándome ante ella...quejándome de la vida, para despreciar lo que me manda... Merezco muy poco de lo que tengo... He perdido 28 años de mi vida haciendo el imbécil... huyendo de mis problemas...y esa huida no ha hecho más que incrementarlos...
Aquí estoy delante de el ordenador, escribiendo para nadie, más que para mi mismo...Pero esto no es una historia inventada, es el ocaso en el que me sumerjo, yo sólo, sin ayuda de nadie...lo único que deseo es romper con el puto vacío...
¿Por que todo lo que toco lo transformo en la nada? ¿Por que no creo en mi? ¿Por que no creo en nada?....
Esto va a acabar muy mal....Ya no es el pasado. Es el presente. El pasado al final es lo mismo que el presente, porque el hoy se construyó en el ayer....Sigo siendo la misma mierda, el mismo cobarde...el único culpable de sus problemas...
Construyo castillos de naipes, que yo mismo destruyo soplándolos... Me he hecho daño. me hago daño...y me lo haré siempre, sino consigo parar todo esto a tiempo... Y está dentro de mi....

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